En 1952, a orillas de la Riviera Francesa, Le Corbusier construyó «Cabanon»: el arquetipo absoluto de la vida esencial. El proyecto, ejecutado según las reglas del Modulor, se encuentra a tiro de piedra del mar y sirvió de refugio al arquitecto en sus últimos años. La lámpara Cabanon, llamada así por el inspirador microcosmos, representa un símbolo de arquitectura, diseño, producción y vida esencial. La pantalla, hecha con papel vegetal que el arquitecto utilizó, se fabricó a partir de un artefacto de la época de la guerra —un porta-proyectiles de mortero— hallado en las playas francesas. La lámpara, de la que existen numerosos bocetos y diseños, representa un momento de renacimiento en el mundo de la posguerra.