Originalmente la colección Ginger empieza siendo un diseño de madera, una lámpara de aspecto casi plano, sobrio, que ilumina los espacios con luz directa por reflexión desde una presencia leve. Con el paso del tiempo se añade un nuevo material a la colección: el metal; un acabado más liviano, refinado, casi escultórico que ofrece la misma luz cálida, sin deslumbrar. La colección Ginger también sale al exterior para iluminar sutilmente cualquier espacio: apliques de pared —individuales o creando un conjunto-, otra versión más pequeña también de pared que funciona para iluminar zonas de paso, farola, pequeñas lámparas de suelo y ahora una nueva versión de aplique con brazo. Este último diseño rinde homenaje a la lámpara tradicional de exterior, proyectando luz directa por reflexión hacia abajo. Disponible en dos medidas -20 o 32 cms de diámetro- y en dos acabados, negro por fuera y blanco en su interior, o bien en marrón óxido, un color que al iluminarse gana, se intensifica con un resultado inesperado.