Diseñada en 1954 por el célebre maestro vidriero y decorador francés Max Ingrand, esta lámpara recibió el nombre original de 1853 y posteriormente Fontana, en homenaje a la empresa de la que el Maestro fue Director Artístico durante una década. Para los entusiastas del diseño y los conocedores de la historia de la marca, 1853 sigue siendo una especie de apodo. El primer símbolo del objeto de diseño atemporal, aún hoy best seller e ícono del diseño de hoja perenne, Fontana es el abat-jour por excelencia. La peculiaridad de Fontana son sus múltiples fuentes de luz: tanto la base como la pantalla contienen una o varias. La versión más grande también permite la iluminación indirecta, gracias a una fuente adicional que proyecta un haz de luz indirecta hacia arriba. Las fuentes de luz diferenciadas permiten satisfacer diferentes necesidades de iluminación: desde una suave, brillo relajante a un haz nítido para leer a la luz ambiental sugerente. “La luz y el color son básicamente los elementos más específicos de la naturaleza. Con ellos tenemos ALIVIO, MOVIMIENTO, VIDA”, afirmó Max Ingrand.