Hay una sensualidad intrínseca del Patrón Moiré proyectado en la sensualidad del balanceo de la Buri Bell colgante en donde se coloca. Tal belleza óptica se logra cuando los tejedores filipinos toman el corazón de la palma asiática, las fibras más delicadas de esta palmera nativa de su país, y los van atando casi pegados, una con la otra, que pareciera que bordan hilos de seda. Los pueblos en los que se fabrican estos artefactos de iluminación son industrias caseras socialmente responsable que se encuentran cerca de la costa, por lo que cuentan con una tradición de tejer redes de peces y brindan así a estos artesanos la experiencia extraordinaria para tener esa precisión que les permite elaborar composiciones tan unidas. La Buri Bell se diferencia de su homónima Bulb porque es un poco más corta por lo que su ensanchamiento superior crece un poco para darnos la impresión que tenemos una campana –muy orgánica y natural, por cierto– sobre nosotros y nos anuncia más que fuertes tañidos, sobriedad y sencillez a nuestros espacios. Esta familia está disponible en versión más pequeña y ambos tamaños vienen en negro o natural.