Reconocido pionero y embajador del diseño industrial en España, André Ricard ha contribuido decisivamente al desarrollo social y empresarial de esta disciplina. Ha sido presidente de ADI-FAD y presidente fundador de la ADP, además de ser un pilar en los Juegos Olímpicos del 1992.
La obra de André Ricard también destaca por el diseño de objetos más cotidianos como el cenicero Copenhague o el mechero Menhir así como por el diseño de lámparas, como Tatú o Fontana, editadas por Santa & Cole. Detrás de cada uno de estos objetos que, aparentemente son sencillos, se encuentra un proceso profundo y reflexivo sobre la funcionalidad y practicidad.
La mayoría de sus diseños se caracterizan por un uso de materiales naturales que requieren de un trato especial a través de técnicas artesanales. André Ricard es un gran defensor de la intervención manual en el proceso de producción de sus diseños. La artesanía, en ojos del diseñador, es una manera de mantener tradiciones, la autenticidad de las cosas y, sobre todo, permite diferenciar.